La Expo estudia vender a un fondo de inversión parte del parque empresarial

Maneja estudios que indican que una Ciudad de la Justicia arrastrará la ocupación de 100.000 metros.Está sondeando el mercado porque ve que es una solución rápida a su problema de comercialización.

La comercialización de la pos-Expo podría acabar en manos de un fondo de inversión al que Expo Zaragoza Empresarial podría traspasar la totalidad o gran parte de los metros cuadrados de oficinas disponibles para que fuera esta la que se encargara de encontrar clientes para ellas. Esta es una opción que, si bien no entraba en los planes iniciales de la sociedad gestora del parque empresarial de Ranillas, ya está encima de la mesa como posible solución a sus problemas para encontrar compradores en el sector privado. Una posibilidad que daría carpetazo a sus problemas para atar nuevas ventas (desde la muestra no han cerrado ningún acuerdo nuevo) y para mantener las reservas que ya tenía cerradas entonces. Más de 26.000 metros cuadrados perdidos en solo medio año ha sido detonante más que suficiente para buscar una salida urgente al actual retroceso.

En esta operación, la futura Ciudad de la Justicia que proyecta instalar la DGA en el parque empresarial, concretamente en 48.100 metros cuadrados del mismo, juega un papel fundamental. Y es que, según ha podido saber este diario, la fórmula de traspasar oficinas a un fondo de inversión no solo tiene visos de materializarse sino que se está estudiando a conciencia los ejemplos que ya existen en otras ciudades en las que ya existe una concentración similar de sedes judiciales. Los responsables de la sociedad pos-Expo manejan estudios en los que se indica que estas instalaciones consiguen arrastrar al entorno más próximo a un buen número de empresas que llegan a representar hasta 100.000 metros cuadrados de superficie.

Despachos para abogados o profesionales de la judicatura, empresas de servicios relacionados con la actividad judicial o comercios que irían desde una cafetería a una copistería, papelerías, guarderías para los hijos de los miles de funcionarios que trabajarán allí, quioscos y un largo etcétera de oportunidades de negocio que un fondo de inversión trataría de colocar con una estrategia de comercialización quizá más agresiva y sin tantas limitaciones como las que Expo tiene ahora al estar integrada por administraciones públicas, aunque pusiera en manos de dos empresas privadas (Jones Lang Lasalle y King Sturge) la comercialización de Ranillas.

De paso, la sociedad pasaría a olvidarse de si se venden o se alquilan, y a qué precio, ya que su estrategia se ha demostrado incapaz de atraer a la iniciativa privada y su imagen se deteriora progresivamente con casos como los de DKV Seguros o Master D. Y si, además, tienen asegurado el cobro de la cuantía que esperaban recuperar con un plan de comercialización que finaliza en el 2016, saldría ganando. Aunque la decisión no está tomada.

17/04/10 Fuente: El Periódico de Aragón